No sólo las piedras están para tropezarse en el camino, o para caer dos veces en la misma piedra, o para rodar como las mismas, o para tener la cabeza dura como una piedra...; las piedras, más bien, los cantos rodados, pueden ofrecernos múltiples servicios que hasta el momento han podido pasarnos desapercibidos.
Las piedras de río, los cantos rodados, las chinas, como usualmente son llamadas pueden servir para decoración en todos los lugares del hogar, dando desde toques elegantes hasta divertidos y desenfadados.
Pueden servir de pisapapeles, también como juegos improvisados en decoración, como decoración en jardinería o para hacer velas con cierto arte y estilo.
Con ellas también podemos crear y dar soporte a cualquier idea que nos pase por la cabeza, de esta forma crearemos muñecos, animalitos, etc., que puedan servir para juego, como pisapapeles o para dar un toque alegre y devertido a una habitación infantil o juvenil.
Del mismo modo podemos acercarnos a la espiritualidad en varias vertientes o dimensiones. Sin dejar de advertir que las piedras tienen un estraño poder que nos lleva a los lugares allí a los que pertenecieron.
Es interesante coleccionar piedras pero convertirlas en Arte es todo un arte.
Peces, erizos y toda clase de animalitos pueden ser representados dependiendo de la forma de las piedras en cuestión. Bastará pintura o témpera, algún rotulador indeleble o tinta china, que nos sirva como material escriptorio o útil de dibujo para expresar aquello que los manda la imaginación.
No hay que olvidarse de los buhos de la suerte que siempre vienen bien para cualquier ocasión y siempre se agradecerá su regalo.
